¿Alguna vez has considerado la idea de que nuestras elecciones diarias son como pequeños bloques que construyen nuestra salud a largo plazo? Imagina cada elección diaria como un ladrillo, cada comida saludable como un pilar y cada paso adicional como los cimientos que construyen el edificio de tu bienestar.
Es crucial fortalecer nuestros cimientos, pero también es importante tener en cuenta que ciertos hábitos pueden debilitar esta estructura. Es esencial reconocer que hábitos agrietan esta construcción. En este caso, las enfermedades conocidas como enfermedades de estilo de vida, son generadas por nuestras grietas.
¿Qué son enfermedades de estilo de vida?
Estas, también son conocidas como enfermedades crónicas no comunicables (ECNT) y son de larga duración cuyo desarrollo es lento y gradual, hablemos sobre 6 de ellas:
- Diabetes tipo 2: Se caracteriza por los excesos de azúcar en la sangre. La producción de insulina del cuerpo se vuelve insuficiente ante altos niveles de azúcar. Una dieta poco saludable y la falta de actividad física son factores de riesgo significativos para el desarrollo de la diabetes tipo 2. La actividad física además de ayudar a quemar grasa corporal, ayuda a aumentar la captación de glucosa por parte de los músculos y reducir así los niveles de azúcar en la sangre.
- Obesidad: Es una condición en la cual hay un exceso de acumulación de grasa en el cuerpo, y aumenta el riesgo de enfermedades como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, enfermedades articulares y algunos tipos de cáncer. La dieta poco saludable y la ausencia de actividad física son los principales impulsores de la obesidad.
- Cardiopatías: Estas incluyen afecciones al corazón y a los vasos sanguíneos, entre ellas encontramos la enfermedad coronaria, el infarto de miocardio y los accidentes cerebrovasculares. Los principales factores de riesgo son la hipertensión arterial, el colesterol alto, la diabetes, la obesidad y el tabaquismo.
- Enfermedades respiratorias crónicas: El tabaquismo es la causa principal de este tipo de enfermedades como la EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) y el cáncer de pulmón. La exposición al humo del tabaco y la contaminación ambiental también pueden contribuir al desarrollo de estas enfermedades.
- Cáncer: Si bien no todos los casos de cáncer están directamente relacionados con los malos hábitos, muchos factores de riesgo son modificables, como los relacionados con el consumo de alcohol y tabaco, una dieta poco saludable y la obesidad. Estos hábitos desarrollan cáncer de pulmón, de mama, de colon, de próstata y otros.
- Enfermedades del hígado: El consumo excesivo de alcohol y la mala nutrición pueden provocar enfermedades como la esteatosis hepática no alcohólica (mejor conocida como hígado graso), la hepatitis alcohólica, la cirrosis hepática y el cáncer de hígado.
Como vemos en la mayoría de los casos, estas afecciones se pueden prevenir o controlar en gran medida con cambios positivos en nuestro estilo de vida. Una dieta balanceada, actividad física regular, la abstinencia de tabaco y alcohol, y el manejo del estrés son claves para la arquitectura de nuestro bienestar.
Estadísticas impactantes.
En 2005, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que el 61% de las muertes en todo el mundo, es decir, 35 millones de personas murieron a causa de estas enfermedades.
En solo 6 años más, se prevé que la proporción del total de muertes en el mundo debido a enfermedades crónicas aumente al 70%. En México, en 2020 se estimó que el 80% de los mexicanos (521,800 personas) murieron a causa de estas.
¡Crea conciencia, ajusta tus hábitos y evita ser parte de esta estadística!
Beneficios de la actividad física para la prevención.
Con la creciente presencia de enfermedades de estilo de vida, es claro que necesitamos un cambio. Aquí entra en juego la actividad física. Se ha estudiado y confirmado que realizar ejercicio mejora tu salud física y mental en tu presente y en tu futuro. Cualquier persona sin distinción de edad, género o raza se beneficiará al mejorar dicho hábito. La OMS sugiere que realices actividades tanto aeróbicas como de fortalecimiento muscular en tu día a día.
Para que nuestros cimientos se fortalezcan hacer actividad física es indispensable. No solo protege tu nuestro cuerpo contra diversas enfermedades, sino que también te ofrece beneficios adicionales, como la reducción de la ansiedad, mejora del sueño, fortalecimiento óseo y muscular, y un impulso positivo para tu salud mental.
5 consejos para mejorar mi bienestar
Ahora que hemos entendido cómo la actividad física es fundamental para prevenir enfermedades y promover un bienestar integral, seguramente te estás preguntando ¿cómo puedo incorporarla en mi vida cotidiana?
- Establece metas alcanzables: Define metas realistas que aumenten poco a poco tu condición física. Sal a caminar al parque, aumenta tu número de pasos, realiza cierto tiempo de ejercicio diario o practica algún nuevo deporte.
- Encuentra actividades que disfrutes: Elige actividades físicas que te diviertan y motiven a moverte. Esto podría incluir salir a paseos diarios, bailar, practicar artes marciales, hacer yoga o pilates, nadar, andar en bicicleta o cualquier otra actividad fitness que te guste.
- Varía la rutina: Prueba diferentes tipos de actividades para mantener las cosas interesantes y que no te aburras. Esto también ayudará a que trabajes diferentes grupos musculares y fortalezcas tu cuerpo de manera más completa.
- Pequeños cambios: Busca maneras de agregar nuevas actividades a tu día a día. Por ejemplo, mientras esperas el café de la mañana podrías hacer estiramientos, durante tu hora de almuerzo salir a caminar o mientras ves tu serie favorita realizar algún ejercicio de fuerza. Te compartimos estos otros tips: evitar usar el elevador o escaleras eléctricas y al estacionarte aprovecha a caminar un poco al dejar tu vehículo en un lugar seguro que no esté tan cerca de la entrada.
- Busca un compañero: El apoyo social puede ser una gran motivación para mantenerte activo. Está demostrado que compartir objetivos con alguien más aumenta la tasa de éxito en un 65%.
No hace falta un cambio radical, pequeñas modificaciones marcan una gran diferencia. Comienza por encontrar actividades que disfrutes, realiza una búsqueda de gimnasios, actividades deportivas (tenis, futbol o basketball) o clase fitness (pilates o yoga) puedes practicar cerca de donde vives, estudias o trabajas. Incluso puedes unirte o empezar un grupo dentro de tu comunidad para realizar las actividades que más les gusten.
En la construcción de nuestra salud, la consistencia es clave, así que establece metas alcanzables y celebra tus logros. En nuestra búsqueda de bienestar es crucial tener en cuenta que nuestras decisiones cotidianas pueden ser tanto constructivas como destructivas para nuestra salud a largo plazo. Al encontrar alegría en el movimiento, estamos invirtiendo en nuestra salud.
¡Andando, hagamos de cada día una oportunidad para mover nuestro cuerpo y vivir plenamente!
Referencias:
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