¿Por qué es importante medir tu Variabilidad de la Frecuencia Cardiaca?

Recientemente se ha descubierto la relación entre la variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC) y diversos parámetros que pueden influir en el estado físico, mental y emocional de una persona. Pero, ¿qué es la variabilidad de la frecuencia cardíaca? En pocas palabras, la VFC mide el intervalo de tiempo que separa un latido del corazón de otro y cómo varía a lo largo de un periodo determinado. De acuerdo a estudios realizados, esta medición refleja la actividad del sistema nervioso autónomo, el cual controla las acciones involuntarias de nuestro cuerpo como respirar, el ensanchamiento o contracción de nuestros vasos sanguíneos, digestión, entre otros. El sistema nervioso autónomo a su vez se divide en dos: sistema nervioso simpático y parasimpático. El primero activa una serie de reacciones fisiológicas ante eventos estresantes o amenazantes. El sistema parasimpático tiene como objetivo mantener un estado de relajación y descanso, además su activación disminuye la respuesta del sistema simpático. Ahora bien, ¿por qué es importante medir y monitorear nuestra VFC?

Los científicos han encontrado una fuerte correlación entre la disminución de la variabilidad de la frecuencia cardiaca con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, ansiedad y depresión. Por el contrario, su aumento se considera un factor protector para el corazón antes el estrés. Las personas que tienen un alto VFC tienen un sistema nervioso equilibrado y un cuerpo capaz de adaptarse a su entorno. Entonces se preguntará ¿qué factores influyen en la variabilidad de la frecuencia cardiaca? La disminución de la actividad parasimpática en nuestro sistema cardiovascular es un factor importante que disminuye la VFC. Asimismo existen otros factores que pueden alterarla como:

  • Edad: A medida que envejecemos, nuestro cuerpo va perdiendo la capacidad de responder a los estímulos de nuestro entorno. Las personas más jóvenes tienden a tener un valor de VFC más alto.
  • Sexo: Los hombres tienen una VFC ligeramente más alta en comparación con las mujeres.
  • Estilo de vida: Las personas que viven en zonas urbanas tienden a tener un VFC más bajo debido a que suelen estar rodeados de factores estresantes como son el tráfico, la contaminación ambiental, estrés social, etc.
  • Actividad Física: Los atletas de élite suelen tener una mayor variabilidad de la frecuencia cardíaca que el resto de la población.
  • Dieta: La ingesta elevada de grasas saturadas o trans y carbohidratos de alto índice glucémico, reducen la VFC. Por lo tanto, personas con sobrepeso u obesidad tienen un valor de VFC más bajo.

Hacer ajustes en tu estilo de vida como incorporar meditación, una dieta balanceada, tener un hábito de sueño, y especialmente hacer actividad física pueden mejorar la VFC significativamente. ¡Si estás interesado en cambiar tu estilo de vida con el fin de mejorar tu salud, sin duda, medir y monitorear la variabilidad de tu frecuencia cardíaca puede ayudar a cumplir tus objetivos y metas más rápido!

Referencias:

Veloza, L., Jiménez, C., Quiñones, D., Polanía, F., Pachón-Valero, L. C., & Rodríguez-Triviño, C. Y. (2019). Variabilidad de la frecuencia cardíaca como factor predictor de las enfermedades cardiovasculares. Revista Colombiana de Cardiología, 26(4), 205-210.

 

Campos, M. (2017). Heart rate variability: A new way to track well-being. Cambridge: Harvard Health Blog, Harvard Medical School.

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