El uso de los famosos relojes inteligentes o smartwatch se incrementa en la actualidad. Cada día vemos que más personas se unen a esta tendencia y compran este tipo de dispositivos con el fin de mejorar su calidad de vida. Ciertamente esta tecnología permite al usuario medir sus números de pasos, calorías, frecuencia cardiaca, niveles de de oxígeno en sangre, entre otros. Sin embargo, lo que muchos desconocen es que a partir de estas mediciones se pueden obtener marcadores que permiten conocer y predecir patrones que puedan atentar contra nuestra salud.
Recientemente se ha descubierto la relación entre la variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC) y diversos parámetros que pueden influir en el estado físico, mental y emocional de una persona. Pero, ¿qué es la variabilidad de la frecuencia cardíaca? En pocas palabras, la VFC mide el intervalo de tiempo que separa un latido del corazón de otro y cómo varía a lo largo de un periodo determinado. De acuerdo a estudios realizados, esta medición refleja la actividad del sistema nervioso autónomo, el cual controla las acciones involuntarias de nuestro cuerpo como respirar, el ensanchamiento o contracción de nuestros vasos sanguíneos, digestión, entre otros. El sistema nervioso autónomo a su vez se divide en dos: sistema nervioso simpático y parasimpático. El primero activa una serie de reacciones fisiológicas ante eventos estresantes o amenazantes. El sistema parasimpático tiene como objetivo mantener un estado de relajación y descanso, además su activación disminuye la respuesta del sistema simpático. Ahora bien, ¿por qué es importante medir y monitorear nuestra VFC?
Los científicos han encontrado una fuerte correlación entre la disminución de la variabilidad de la frecuencia cardiaca con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, ansiedad y depresión. Por el contrario, su aumento se considera un factor protector para el corazón antes el estrés. Las personas que tienen un alto VFC tienen un sistema nervioso equilibrado y un cuerpo capaz de adaptarse a su entorno. Entonces se preguntará ¿qué factores influyen en la variabilidad de la frecuencia cardiaca? La disminución de la actividad parasimpática en nuestro sistema cardiovascular es un factor importante que disminuye la VFC. Asimismo existen otros factores que pueden alterarla como:
Hacer ajustes en tu estilo de vida como incorporar meditación, una dieta balanceada, tener un hábito de sueño, y especialmente hacer actividad física pueden mejorar la VFC significativamente. ¡Si estás interesado en cambiar tu estilo de vida con el fin de mejorar tu salud, sin duda, medir y monitorear la variabilidad de tu frecuencia cardíaca puede ayudar a cumplir tus objetivos y metas más rápido!
Referencias:
Veloza, L., Jiménez, C., Quiñones, D., Polanía, F., Pachón-Valero, L. C., & Rodríguez-Triviño, C. Y. (2019). Variabilidad de la frecuencia cardíaca como factor predictor de las enfermedades cardiovasculares. Revista Colombiana de Cardiología, 26(4), 205-210.
Campos, M. (2017). Heart rate variability: A new way to track well-being. Cambridge: Harvard Health Blog, Harvard Medical School.